Leonardo Valdés & Alejandra de María / Estudio Valdés
Dominando Santiago desde un promontorio, esta magnífica obra de gran escala tiene a la madera como un material protagónico, que contrasta con el cerro Manquehue de fondo.
Los cielos interiores de las áreas sociales fueron en perfiles de Raulí de 30×40 mm, madera que se extrajo y elaboró en la zona de Villarrica, con una gran atención al control de calidad.
Las paredes exteriores tuvieron acentos en Cumarú machihembrado 1×6 y sin duda el punto más álgido se alcanzó con el sistema de revestimiento exterior de planchas desmontables diseñado por los arquitectos, en que perfiles de 40×70 y 30×40 de Cumarú se alternaron para crear una morfología que por el diseño brinda luces y sombras muy enriquecidas en distintos momentos del día.
La madera exterior tenía especificado un protector de origen italiano, el que se aplicó y falló a los 6-7 meses de estar instalado, dejando la madera expuesta a las inclemencias del tiempo. Se decidió reemplazar por CUTEK.
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